martes, 17 de junio de 2008

No voy al Parque de Atracciones

No os lo vais a creer. Ayer según iba a mi casa en coche después de un duro día de trabajo, me vi afectado por la huelga de transportistas. Con la tranquilidad de un asesino a sueldo, me dispuse a pasar mis buenas dos horas en el coche escuchando música y esperar que una mole gigante de metal y ruedas, despejara el camino.

Estaba cansado, eran las 20:00 de la tarde, y es que un día de trabajo así, no se merecía un descanso como ese. Entonces, no se muy bien si quien se dio cuenta fui yo o mi cansancio, me percaté que a la derecha había un camino que hacía exactamente el mismo recorrido que la carretera. Sin pensarlo dos veces, giré con todas mis fuerzas el volante, a la vez que el acelerador se hundía.

Pronto vi, como se iban quedando atrás, poco a poco, cada uno de los coches que me acompañaban en el gran atasco. Ya cruzada la barricada, me dispuse a tomar de nuevo la carretera. Pero justo en ese momento me fijé que el camino se había desviado ligeramente hacia el sentido contrario de la carretera, por lo que me alejaba de ella y era complicado su acceso. Sin más remedio continué por ese camino.

Continué.

Continué.

¿Sabéis donde me llevó ese camino? Al hospital. Porque ese camino jamás había existido, sólo en mi mente y esta lo había desarrollado durante mi inconsciencia.

Ahora se que en dirección a mi casa nunca hubo barricadas de transportistas. Ahora sé que la gran caravana fue producida por un accidente. El de un chico que se había dormido al volante. Yo.



¿Os ha gustado? Sí. No. Da un poco igual, porque esta fue la forma (os lo creáis o no) de decir a mis compañeros de trabajo que no iba al parque de atracciones con ellos. Por supuesto mi intención fue ser lo más surrealista posible y al final del email, explicaba de forma graciosa, que las historias de abducciones extraterrestres se me habían acabado, pero que eso también valía como excusa.
Pues aún así, una compañera (muy sentimental la pobre) vino asustada a mi sitio para preguntar a mis compañeros si sabían algo de cómo estaba después del accidente. Por supuesto la pedí mil perdones por mi falta de mano izquierda.
Gracias a esta compañera me he dado cuenta que la palabra llega ser más fuerte que la espada y con un poco de práctica… quien sabe, podría llegar a dominar el mundo.

1 comentario:

saricchiella dijo...

Ay, pobre mujer...

Espera, espera... les escribiste eso, les contaste que era una excusa, les confesaste que las historias de abducciones (con lo que molan) se te habían acabado... y aun así la mujer fue a tu sitio a ver qué tal estabas?

Retiro lo dicho. O no habla bien castellano o hace lo que hacía un compañero nuestro de trabajo, que de cada mail se leía una línea de cada cuatro. Así que se le emplea xD

Sólo por la originalidad de la excusa, yo te perdonaba el no ir ^^

Saludos!! :D