martes, 10 de julio de 2007

Ya no me falta un tornillo


Diez de Julio del año 2007.



Para algunos esa fecha es otra cualquiera. Para otros es un día importante. El día que nacieron... el día que murió alguien cercano... e incluso, el día que se conoció a una persona especial.
Este es mi caso y el del señor Miga de pan. Los dos andábamos solos por el mundo. Íbamos en busca de un paraguas amarillo y nos fastidiaba, por que si no hubiéramos sabido de su existencia, con uno gris o negro, nos valdría para no mojarnos.



Sabíamos de ese paraguas porque veíamos a gente por la calle con él o yo lo veía por la tele (al señor Miga de pan, no le va mucho la caja tonta). Por lo que contaban era un paraguas mágico, por así decirlo, ya que no tapaba de la lluvia, sino que hacía que nunca existiera lluvia en tu vida. Una vida llena de luz y color.



Pues hoy, como ya os adelantaba, el paraguas vino a nosotros. Si si. Vino a nosotros. Me acuerdo perfectamente de aquel momento. Mi corazón latía con fuerza y el señor Miga de pan, no paraba de dar vueltas y más vueltas. Entonces por un momento, no sabía si me estaba volviendo loco o la realidad era tal y como parecía ser. Estuve a punto de acercarme al ambulatorio que estaba delante mía, para que me hicieran un chequeo médico y así incluso científicamente, me diagnosticaran lo que todo mi cuerpo había sentido días antes. El señor Miga de pan no se acuerda si fueron tres o cuatro los días que habían pasado, desde que un sol cegador reanimara mi corazón y este, desde entonces, irradie amor.



Pero por ahí no sigue mi historia. Esa es otro bonito momento. Yo le llamo "Resurrection day". Hoy se podría titular el día como "energy kiss", porque necesité tanto valor para coger el paraguas, como el valor que se requiere para besar por primera vez a la mujer a quien amas. No es sólo coger un simple paraguas. Es tener la seguridad, la responsabilidad, de que vas a cuidar de ese paraguas y el compromiso de mostrar a todo el mundo como se ve a través de este paraguas.



Hace ya un año.


Cada día me levanto con los amaneceres más preciosos y me voy a la cama pensando en el calor de una estrella. Desde hoy os mostraré la vida desde nuestro paraguas. El señor Miga de pan y el menda-lerenda, sacarán tiempo e historias para deslumbraros como la vida nos deslumbró hace un año y unos días. Pero como ya he dicho, esa es otra historia.





Un hombre, una mujer, una canción preciosa...

no tengo palabras.

Sólo un corazón que late por tí.

1 comentario:

estrella dijo...

Como siempre, has conseguido que se me encoja el corazón de pura emoción y no tengo palabras que puedan expresar lo que siento. Simplemente:
Te quiero.